domingo, 20 de noviembre de 2011

EL AMOR POR LAS LETRAS de Juan Pomponio

La realidad de escribir nos lleva por un sendero sinuoso desde el alma poeta. Muchas veces desfallecemos cuando perdemos el centro y nos preguntamos ¿qué sentido tiene hacerlo? ¿Para quién escribo? ¿Para qué? ¿Quién editará estos escritos? ¿Cómo llegaré a una gran editorial? Preguntas que sólo nos conducen al mundo del futuro y nos quitan del eje central de nuestras historias: el simple acto de escribir por placer, sin esperar nada a cambio. Cuando nos llega la desazón y entra la duda, es necesario frenar la marcha, dejar que la tormenta de pensamientos nefastos pase de largo y una vez más salga el sol de las letras en nuestras vidas.


¿Quién alguna o varias veces no se sintió abandonado por un sistema social que no valora a los poetas? Sólo ponderan y glorifican cuando el poeta es reconocido por la sociedad. Allí ¡si! Es venerado por los mismos que al comienzo lo destrozaban con las críticas.


Queridos amigos/as, no podemos entregarnos jamás. Nuestra misión en la vida es la escritura, y tenemos que seguir avanzando por el camino de la tinta porque es nuestro destino. No dejemos que la abulia de los demás envenene nuestra fuente central de inspiración. Seamos como los pájaros que cantan por el simple hecho de cantar, no buscan nada, no necesitan del halago, tampoco del aplauso, ellos nos elevan con sus trinos porque a eso vinieron al mundo: a cantar.

Suele pasar que nos dejamos abatir ante la búsqueda editorial, ante los rechazos de aquellos que digitan el material que puede publicarse cuando, generalmente, lo único que importa no es la calidad sino el hecho de que sea comercial y pueda venderse por millones.


Que todos los NO que nos digan las editoriales, se transformen en un gigantesco SI interno para nosotros. Para seguir escribiendo sin esperar nada. ¿Por qué buscar el reconocimiento del otro? Acaso ¿no es el ego quien lo busca? Miremos la realidad si ser famoso o vender muchos libros nos dará la felicidad que tanto ansiamos. La felicidad no reside en el futuro. Soy feliz ahora o mañana que será hoy nuevamente y me encontraré en el mismo estado.

Celebro a todos aquellos "maestros" que me dieron un NO para mi vida. Los celebro y les agradezco la fuerza que me entregaron para nunca claudicar en la senda de la literatura. Ellos fueron el alimento de mi espíritu. Y cuando me caigo desfallecido, me aparto del camino, lloro la impotencia, sano las heridas, reparo mi alma y como un gran Guerrero, regreso a la misma senda de siempre: el amor por las letras.


© 2011 Juan Pomponio

jueves, 15 de septiembre de 2011

MUJER © por Karina Mariposa Roldán


Mujer TU eres Sabia. Mujer TU eres Ancestros. Mujer TU eres Creación. Entonces ¿por qué aceptas el engaño como parte de una relación? Eliges vivir dentro de una red de mentiras cuando tu corazón inequívoco entiende que AMOR es luz, AMOR es paz, AMOR no es apego, AMOR es sinceridad y sobre todo con UNA misma. Si te dejas ir con la vida y permites que ésta sincronice los ciclos y circule a pesar de los obstáculos, otro Ser podrá captar el resplandor de tu alma, la fragancia de una piel que te hace única, elevándote junto a la Luna como Diosa de la eternidad.

Mujer TU das Vida. Mujer TU tienes derecho a ser Feliz. Mujer TU traes dones como virtudes que te individualizan. No admitas que una hermosa parte tuya permanezca negada como en épocas remotas cuando el avasallamiento era usual, bien visto y no había igualdad. Tu dolor subsiste centurias y suponer que alguien cambiará por nosotras no es real. Nadie cambia por nadie más que por uno mismo. La voluntad de transformación brota del cuerpo gracias al trabajo espiritual de adentrarse en un laberinto de sombras y en soledad, de una mente dispuesta a comprender por propia reflexión dejando teorías y dogmas a un lado. Todo es posible, todo se logra, pero si la comodidad gana en la balanza material seguramente no haya equilibrio ni florezca la sincronía.

Mujer TU eres Sabia e Inteligente. Mujer te ha llevado años ubicarte en idénticos planos, adquirir respeto como parte fundamental del ciclo de vida. Abandonas tu alma cuando buscas tapar tus vacíos con nuevas desgracias. Tu niña está a salvo. Tu niña ya ha sido sanada y si aún no sucedió es el momento de acunarla nuevamente entre tus brazos y devolverle su candor. El AMOR propio despejará la visión perceptiva de aquél ojo milenario y todo será tan nítido que podrás distinguir si eres sólo presa fácil para divertirse un par de horas hasta que se acabe el hechizo en la gran aventura del macho o Mujer Sabia cuya naturaleza requiere de tiempo para admirar, descubrir y sobre todo AMAR.

Karina Mariposa Roldán ©

martes, 26 de julio de 2011

LETRAS por Juan Pomponio



Las ninfas humedecidas por el rocío de la noche impiden el arribo del sueño. El cansancio antiguo cae sobre mis huesos,cada poro gime una metáfora mientras el verano avanza por las calles y los tilos desprenden el aroma inmortal atravesando las arterias, atravesando los pulmones, atravesando la furia. La furia del insomnio recorre mi cuarto con pasos pequeños, se pasea el espíritu de siempre, llegan los vocablos necesarios para dejar asentado un poema para vos. Un poema perdido en la vieja esfera dorada donde todas las bestias arriban para beber el licor de los poetas. El resabio de una sola letra pintada de azul se agranda en la pantalla mental de los rebeldes. Nadie puede afirmar nada en absoluto, sólo el mínimo descanso de la tinta que fluye desde las rocas hacia mis venas de ser un hombre liberado del día. Quizás las palabras enfurecidas no tengan sentido y ya están instaladas sobre las hojas amarillas del relato. No puedo evitar sentir la fuerza que mueve mi alma, no puedo evitar levantarme poseído por el pulso del tiempo, no puedo evitar el brillo de la luna llena de huesos claros.
Quizás el despertar de la vida sea cuando menos lo esperamos. Las metáforas están aguardando el momento indicado, no se preguntan el sentido del sin sentido por salir desbocadas, corriendo por la sangre, intemperie de la vida que camina senderos ocultos para la visión simple de los mortales, senderos invisibles, senderos de savia eterna. Quizás el agua gloriosa de los ríos corra por el cristal de los silfos que vuelan llevando viejas canciones de viejos alquimistas. Hombres barbados portadores de una pequeña yesca que humea el sismo de la sabiduría, trasladando el fuego de los emblemas que no comprendo porque todo es una sucesión de palabras extraídas de viejas cavernas manchadas con manos artesanales, donde los colores dejaron la certeza del ser que comenzaba a crear la belleza de su alma libre.Acuden todas las secuencias de todos los poetas. Escriben poesías que nunca pudieron plasmar porque la vida les dejó una marca en el centro del corazón para olvidar nuevamente la comprensión del sentido. Una pluma gotea letras azules, caen las palabras mezcladas por el aroma de las maderas, árboles perdidos en la profundidad de la maraña escondidadonde las raíces deciden avanzar hacia el centro, donde la tierra posee el magma oculto y renacen todas las poesíashacia el cosmos. Ya nada puede frenar la marcha del tiempo que avanza. La fuerza es descomunal y cada letra deja su marca, son sellos reales provenientes de viejas castas donde los dragones sobrevolaban ciudades, cúpulas cristalizadas por el crepúsculo teñido de flores. Expanden sus silencios dibujando formas intensas para que todas las nubes quemadas por el sol dejen caer sus cenizas blancas de paz, sobre el humus donde brota la poesía hacia el camino del ser humano que busca el tacto de Aquello.

Sigo escribiendo sin pensar en nada. Las letras salen así como vienen, no tengo idea de lo que escribo porque me dejo llevar por las presencias poderosas que visitan mi corazón, me levantan sacudiendo el alma y no permiten que pueda dormir sin finalizar el acto de la creación dictado por voces del ayer. Puedo decir que la flor más delicada tiene el sentido de tus ojos. Sin pensar viene la ausencia de todos los que no entienden la poesía. No creo que pertenezca a nadie, ni siquiera es parte de un plan, todo es como si no comprediera el escrito que dejo para otras generacionessi es que tienen ganas de leer las palabras de un ser sin ser. Cada segundo de mi vida avanza hacia la disoluciónde fundirme con los poros del Universo y regresar al Origen del Todo.

© Juan Pomponio

viernes, 20 de mayo de 2011

REFLEXIONES por Karina Mariposa Roldán



¿En dónde se sitúa el alma cuando dejamos el cuerpo físico?
Interrogante que nos acompaña desde que la conciencia se aclara en los inicios de nuestra vida y una sociedad que estéticamente se empeña en no querer envejecer, mucho menos expirar.
Aquel espacio infinito del Universo contiene en sus entrañas los restos etéreos de cada uno de los seres que nos precedieron. Siglos de preexistencia. Si una parcela de tierra absorbe el polvo de la materia humana, el físico se desintegra consumando la belleza de los gestos vívidos y los nutrientes dejan ya de asimilarse en una anatomía en particular, entonces ¿hacia dónde se dirige aquello que somos en esencia?
Durante nuestra estadía transitoria es nuestro espíritu quien nos lleva a cumplir etapas, sueños, años de vida; manteniendo la corporalidad hasta que la fecha de partida se dictamina. Misterio incognoscible que ninguna religión ha podido desentrañar, responder y tampoco evidenciar. El tiempo de cada uno está escrito en un almanaque invisible, decretado por una entidad que nos devuelve al útero de la gran Diosa, Madre Naturaleza. Oscuridad primigenia. Nada hay allí, todo vendrá después o quizás ¿todo está allí y nada sucede luego? Ovulo, feto, ser vivo, bebé, niño, adolescente, joven, maduro, anciano y otra vuelta en el ciclo interminable donde nos entrelazamos unos con otros. Precioso instante de vida que persiste en la aurora del presente y no cruza los confines del pasado ni del mañana. Dejar huella, ser anónimos, andar caminos, AMAR con los huesos y entregarnos resueltos. Atreverse a morir despiertos y lúcidos a la vida anterior que llevábamos permitiendo que nos arrase el fuego del amor. Si de una muerte provengo y hacia otra muerte en soledad he de ir, entonces en el medio construiré puentes de AMOR, brindándome entera sin guardar nada, de modo tal que los extremos de ese puente coincidan con la cuerda umbilical que me une al cosmos y así yo sea transformada. Alquimia del sentimiento que destierra la avaricia cediendo la apertura del corazón.
En una sola vida podemos vivir miles de vidas, mutar, romper esquemas y estructuras que portamos con arraigo desde que nos educaron en una familia, bajo un contexto específico, sociedad, escuela, dogmas, ideologías. Resquebrajar toda esa carga mental estéril implica EVOLUCIONAR, ir hacia mejores rumbos que nuestro centro solar alberga para ser individuos y no involucrarnos en el colectivo que rejunta identidades haciéndolas masa. Echar todo lo viejo. Eso ya fue experimentado y nos dio las pautas para crecer de una manera ajena a nuestra manera real. Son experiencias que no existen más que para nosotros, los involucrados memoriosos. El presente es AHORA. Cada uno sabe subrepticiamente lo que se ha negado a sí mismo, aquello que quedó en el camino, lo no reconocido. El lenguaje del cuerpo es notorio e incuestionable, habla, demuestra y se lee, exhibe, va renaciendo al tiempo que empuja a tantos entes que ya no quieren SER. Adentrarnos en nosotros horadando canales ignorados. La garganta del alma sabe lo que quiere en la genuina pureza de una voz enmudecida que proclama su Verdad.
Entre el cielo y la tierra, MI CUERPO. Alas expandidas que ascienden y trepan. Alas en el tiempo memorable del HOY. Alma que no deja de trascender y los intentos cotidianos de subirme al medio de transporte cuyas paradas imaginarias y a veces reales traen sucesos inesperados, nuevas historias que viviré. Tal vez seamos mariposas en diferentes períodos y realidades. Ellas viven un día, pocas horas, plenas de colorido en un vuelo infinito y mueren en tierras extrañas. Así podemos permanecer lo que duren las hojas de nuestro calendario, surcando mundos impensados, felices de existir como mariposas en el tiempo.

© 2010 Karina Mariposa Roldán ©

lunes, 28 de marzo de 2011

FUERZAS QUE CHOCAN por Juan Pomponio



Detrás del velo de lo aparente hay una batalla desmesurada donde varias fuerzas antagónicas pelean levantando chispas azules hacia el infinito. Existe desde siempre una raza luminosa que está llegando a nuestra Tierra. Cada año son más los seres de luz que descienden para tendernos una generosa mano. En un sistema instaurado que todo quiere condicionar y todo quiere someter bajo el influjo del hipnotismo masivo, aquellos que logran escaparse de sus garras se filtran entre los hombres grises y comienzan a enseñar y rediseñar los colores de la vida, bien reales e intensos con sus matices en plenitud. Ellos nos hablan de los astros, de la sonrisa de los niños, del canto de los pájaros. Iguales a un faro que guía, como pequeños focos tendiendo puentes solares para que otros puedan despertar del sueño colectivo y emerger de la ilusión que nos han impuesto desde nuestra infancia. Son seres que poseen una mente nueva sin codificar que ejercen su accionar desde la revolución de la Conciencia. Una conciencia sobrada de LUZ y SABIDURIA. Un hombre sabio es bueno por naturaleza, no se halla contaminado socialmente, camina entre nosotros pero no forma parte de la masificación. Una mente fresca no posee doctrinas, ni ideologías y tampoco nacionalismos. Es una psiquis pura que funciona desde otro estado, un cerebro que actúa sin condicionamientos mentales. Un hombre sabio jamás lanzaría una bomba atómica sobre ciudades indefensas, no permitiría el hambre peregrinando migajas en las calles, trabajaría para el bienestar de todos y no para su beneficio propio. La bondad en su corazón está sellada a fuego pues él comprende la realidad del Amor. Saber que no sabe nada es una de sus mayores riquezas junto a la total ignorancia de un alma que anhela siempre conocer y aprender. Un hombre sabio entiende que una flor tiene el poder sensible de la profunda religiosidad y se inclina ante la majestuosidad agradeciendo su belleza. Los hombres y las mujeres que caminan por la senda luminosa, al comienzo, creen estar solos y sufren por verse diferentes al resto, siendo incomprendidos, no saben de qué manera seguir la ruta trazada por las líneas del Tiempo, diagramadas por “Aquello” que vibra en todas las cosas. Luego, cuando empiezan su recorrido se dan cuenta que hay otros y después otros y más tarde otros seres similares, portando idénticas misiones: Iluminar, encender caminos, señalarlos, para que los demás vayan libres de todo peso dogmático que impida la propia iluminación interior. El encuentro con la verdad. Ya no podemos continuar peleando por territorios que no tienen verdaderos dueños y sólo son invenciones de la mente, del Ego que todo lo perturba. Nadie es dueño de nada en esta vida. Nada nos pertenece. Todo lo que tenemos nos es prestado por una cierta cantidad de años, tal vez setenta, ochenta, entonces ¿por qué tanta avidez y afán de posesiones si nada podremos llevarnos? Ahora es momento de contemplación, tiempo de ver las realidades que nos circundan. Aprehender, captar, asimilar, entendernos, Amar. Tender una mano al que necesita, creer que todo es posible, sostener la llama de la FE inquebrantable. Una palabra de amor tiene más fuerza de choque que mil bombas. El hombre sabio ha debido permanecer oculto porque su luz se hace visible y resalta demasiado, entonces las fuerzas oscuras lo buscan, él/ella se transforma en alguien peligroso ante los ojos de quienes oprimen a tantos. Por eso enseñará desde el anonimato, no buscará discípulos, sólo ponernos frente al espejo de nuestra vida para que miremos todas las barbaridades y tengamos la posibilidad de mutarlas y trascender. Los seres luminosos caminan entre nosotros. Están presentes. Los he visto y he conversado con ellos. He percibido la pureza de sus corazones desposeídos de todas aquellas emociones negativas. Ellos no saben de envidias, odios, rencores y celos, todo es AMOR, todo es paz, una paz transmitida sin pretensiones más que la de ser seres simples, como una tierna brizna del monte.




Juan Pomponio © 2010

sábado, 5 de marzo de 2011

LA RISA DE LA HIERBA, prólogo por Karina Mariposa Roldán



¿Qué sucede cuando las Diosas de los siglos atraviesan el ocaso y se instalan en las arterias? Acontece la transmutación de las almas incitando los cuerpos, el hervor inmediato en el tiempo ausente de relojes, un suspiro encerrado que brotará elocuente. Pero ¿y si todo resplandeciera de idéntica manera al día siguiente y al otro y al otro? He de pensar entonces que las divinidades sí han apostado su carnalidad en las lomas y cerros que hermosean las curvas de una mujer y que un hombre sabio, artesano de las metáforas, despunta poesías entrelazando el misticismo que no cesa de exudar pasiones.
Juan Pomponio habita en una constante plenitud literaria y dibuja la conjugación perfecta entre sensibilidad y creación, traspasando los límites conocidos para entablar diálogos directos con la madre naturaleza. Su rostro es el rostro de la poesía y descubro, gracias a su trazo, el poderío de las hierbas bebiendo la tinta de aquella panacea teñida de encanto, en un suave color azafranado. La generosa Artemisa recorre los contornos de las sílabas asumiendo esencias pasadas, repartiendo la vibración con los ausentes y éste narrador inmemorial transcribe la fórmula de un brebaje, cuya receta se amolda al formato y donde los vocablos encierran la personalidad de su ser abarcando la integridad de los sentimientos.


La risa de la hierba abraza palabras ilusorias que nos atraviesan el núcleo y del escote surge la fuente de toda erudición. Una sabiduría alquímica que conserva el lenguaje propio de lo etéreo, que comprende los segundos clave detenidos en un solo silencio, el estrépito estelar en la cadencia de una frase. De pronto, la transfiguración del crepúsculo asoma de las pupilas del Poeta y se puede ver la luz del Amor. Azul marino, bellas figuras ensambladas a los párpados que miran sin edad desde el siglo desconocido, cuando su cuerpo masculino enarboló la bandera del deseo atravesando los caminos de la gloria. Oculto en el interlunio y a la espera de reanudar su ciclo natural de existir, se hallan los restos de aquellas expresiones trocadas en versos, deliberadamente escritas por una mano que ha sabido volcar la osadía del sentimiento universal: Amor.


Las veces que el azar ubica las piezas humanas en el punto justo del engranaje sideral, parece que la naturaleza vibra acompañando el reencuentro. Hierbas veneradas, hierbas curativas, sagradas y espirituales, hierbas poéticas y alegres. ¿Cómo no ver con nuestros ojos invisibles del alma muda la sonrisa que persiste en cada una de éstas especies?
El exquisito poemario nos permite hacer un recorrido con los sentidos dispuestos, asomar la nariz para embebernos de sus fragancias. Una poesía indisoluble dibujada sobre el pentagrama del presente, en el que la sensualidad se halla escrita sobre la escala musical del perfecto siete, embistiendo las venas. El persistente aleteo de una mariposa envuelve de magia a la soledad. Brotan flores en un campo inexistente, del fondo de la tierra por donde corren los espíritus del encanto, ensoñación prolongada. Una fábula corta donde una crisálida, reclinada al lado de las estrellas, hace visible sus alas y desciende al abismo en el que redescubre su interior.

Juan Pomponio no tiene herencias ni semejanzas en su sangre literaria. Es un hombre sin tiempo enraizado en la distancia y, como un árbol señero, nos cuenta secretos al oído infinito para abrazar el milenio y deslizar una gota de su rocío por las grietas del corazón. Aquí, al dar vuelta cada una de las hojas del libro, la senda trazada por sus dedos sirve de puente para que el hecho místico suceda continuamente, curtiendo los muros de una madreselva que traduce la amalgama perfecta del enamorado entregado a los rituales de la existencia.

Karina Mariposa Roldán
Marzo 2010 © copyright

martes, 1 de febrero de 2011

TARDE DE MIERCOLES por Juan Pomponio


Tengo un puesto de combate literario trabajando todos los días con la poesía. No respondo desde una creencia ideológica o religiosa porque precisamente esos son los fragmentos que han dividido y dividen al ser humano. Millones de personas están aferradas a dogmas, a una nacionalidad y van dispuestos a matar, a destruir la belleza del milagro que representa el cuerpo humano. Estamos preparados para destrozarnos por defender una ideología política determinada que incluso ni siquiera es nuestra propia creencia, sino que nos fue impuesta por métodos muy sutiles que utilizan los sistemas de gobierno. Han cometido las peores atrocidades defendiendo principios, credos y casi todos siguen aceptando la crueldad de otros, los que imponen las estupideces del nacionalismo, del partidismo político, separando a las personas mientras la humanidad sigue sumida en un caos de sangre derramada por la propia necedad de creer que podemos cambiar algo desde una ideología. Nos disgregan violentamente defendiendo nuestras banderas, creyendo que seremos héroes y no nos damos cuenta de que somos usados y explotados como máquinas asesinas dispuestas a matar y a morir.
Hemos creado un infierno sobre la tierra y mi alma poeta no piensa contribuir con mayor violencia sino con metáforas y acciones desde el arte, la poesía, la danza, el AMOR que es la fuerza que mueven mis palabras. Si somos personas inteligentes podremos seguir adelante con la realización de nuestras vidas. Nadie que piense diferente y no comparta las mismas ideas tiene que ser un enemigo. "EL HOMBRE EN SI MISMO ES SU PROPIO ENEMIGO"
Mi lucha no es una lucha de conceptos, sino desde el amor y la conciencia real de trazar un espacio donde la humanidad pueda actuar como tal. Si estamos despiertos y atentos seguiremos siendo Guerreros/as desde la luz para llevar una palabra liberadora hacia todos los seres que pueblan la Tierra.

Juan Pomponio ©

DANZA DE PALABRAS © por Karina Mariposa Roldán


Todas las artes en general y en particular el arte de la danza purifican el espíritu gracias a la comunicación directa con nuestro interior y el mundo de la contemplación. Es sanador a nivel músculo/esquelético porque corrige aspectos del cuerpo brindando una buena y correcta colocación a la columna vertebral y el dominio del eje central acomoda los pies cuando estos arraigan su fortaleza desde abajo hacia la cúspide cervical. Las vértebras respiran salud estirándose hacia su libertad. A lo largo de mis años de labor como docente he comprobado la metamorfosis ocurrida en las alumnas que siguen mis clases y en aquellas que he formado desde adolescentes, hoy bailarinas profesionales. A la hora de transmitir la pedagogía de la danza opté por otros senderos utilizando mis propias fórmulas fructíferas en la maduración artística, donde la visión holística del Ser conforma la clase. Nuestro cuerpo entraña un arte diario de consagración, conectado con los meridianos que atraviesan la circulación sanguínea de la cabeza a las extremidades inferiores y en el reflujo de cada marea lunar nos unimos a nuestra esencia.
Cuando los alumnos ingresan al salón de clases, templo sagrado que abraza la generalidad del cuerpo, aprenden que allí no solo esculpirán la escuela académica del Ballet y la danza contemporánea sino que entibiarán el espíritu y canalizarán dolores para tolerar la renovación de sus propias estaciones. El colosal abanico del sujeto cobra formas diversas mutando lo antiguo del organismo para explorar la novedad. Enseñarles la fugacidad del arte de la danza implica conducirlos por aquellas rutas donde zigzaguean los sentidos, abordando la intimidad de sus lados femeninos y masculinos en pleno desarrollo, encausarlos para reconciliarse con la pujanza de la aurora y acondicionarlos para la conquista de un eje sostenido que separa el núcleo al tiempo que fusiona la correcta simetría humana. Es primordial encarar la envoltura sensorial y perceptiva desde todos los flancos posibles para que el foco de atención profundice su mirada en las áreas tangibles, emotivas y anímicas donde sucederá la entrega y el abandono de lo conocido. De una clase de danza nunca se sale del mismo modo que se ingresó.
La danza es Yoga, meditación, una religión física y del alma. Es Uno y su Dios. Uno con Uno mismo entrando al éxtasis, viviendo la pasión que arde en el vientre, posicionando los músculos tensos, armonizando las dulces caricias que perforan los oídos gracias a la música que se adentra poderosa en las carnaduras y retuerce la realidad. Los pies son una lengua que aprisiona el tapete negro igual que una boca succionando el fervor del encuentro amoroso. Acordes y cimbronazos, versatilidad y emoción. Medicina para cualquier pena del alma que se corporiza de inmediato. La más firme sensación de ser artista ocurre mientras trabajamos, transpirando, aprendiendo los pasos, en mi caso cuando voy creando y dando vida a tantos personajes, buceando en la hondonada interior para abrir puertas que desbaraten la mente y tantos mecanismos trabados. Luego el escenario será un suspiro, la brevedad lumínica reverberando en el corazón.

Karina Mariposa Roldán ©